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(Tesis) Evolución y Actualidad de la Teoría del Apego (Attachment). Primera parte




muchos de los conceptos centrales de mi marco
de referencia fueron claramente
enunciados por Freud” John Bowlby, (1969).

las pautas positivas de conducta de los niños
con apego seguro se han convertido en una función del niño […],
ya no depende de la presencia de la madre”,
John Bowlby, (1969).



A mi familia.

A mi padre, por su ejemplo.
A mi madre, el apego insustituible.

A Carmen y José por su apoyo incondicional.
A mi profesor y Director por su diligencia y sabia dirección.

A Onetti, por estar siempre ahí, sin tener por qué.


A Davinia, mi vínculo perfecto.

Introducción.


Son múltiples los campos de conocimiento desde los que se nutre el Attachment, por ejemplo; la teoría de las relaciones objetales, la teoría de sistemas de control, la etología, la psicología cognitiva y la biología evolutiva. La Teoría del Apego pone de relieve la importancia de los vínculos afectivos en el desarrollo de la personalidad, y cómo se relaciona, cada sujeto con las demás personas. Reproduciendo el mismo patrón.


La salud mental de los sujetos está determinada, de forma relevante, por estas primeras relaciones entre el bebé y su cuidador. Como iremos viendo en este Trabajo Fin de Grado. Éstas Adquieren un patrón de conducta, es decir; una forma personal de tomar decisiones y de vincularse. Si se produce un apego inseguro, en estas primeras etapas evolutivas, los daños psicológicos que se producen en el sujeto podrían influir, de forma negativa en la salud mental.

Sabemos, - desde los estudios de Spitz-, que la privación materna, o lo que es lo mismo; la ausencia de afecto por parte del cuidador del bebé, tiene unas consecuencias negativas en la salud del bebé. Las investigaciones pioneras en psiquiatría de Bowlby, los avances en neurociencia, la correlación entre el tipo de apego inseguro y determinadas psicopatologías, la convergencia entre el Attachment y otras teorías dentro y fuera de la psicología motivan la realización de esta investigación.

    Marco teórico.
    Aproximación a la teoría del apego o Attachment.
    El psicoanalista británico John Bowlby (1907-1990), es el precursor de la Teoría del Apego o Attachment. Trabajaba en la clínica Taviskov de Londres, cuando en 1948 las Naciones Unidas -mediante la Organización Mundial de la Salud-, le encargó realizar un trabajo de investigación sobre el estado psicológico de los niños huérfanos y que sufrían algún tipo de separación de sus familias. Tras la Segunda Guerra Mundial.

    En palabras de Bowlby (1986); ”Ningún campo del pensamiento contemporáneo muestra quizá más claramente la influencia ejercida por la labor de Freud como el cuidado del niño.”, (p. 13). Partir desde de la concepción freudiana, resulta fundamental para situar históricamente la Teoría del Apego. Bajo la influencia de su formación psicoanalítica, inicia su investigación desde la base de que el lactante, y su primera infancia, forman parte esencial de la conexión con los primeros años de vida del sujeto, su estructura psíquica y su posterior personalidad, (Bowlby, 1986, p. 13).

    Una primera definición, sobre el apego, que podemos enunciar sería;

    “Cualquier forma de conducta que tiene como resultado el logro o la conservación de la proximidad con otro individuo claramente identificado al que se considera mejor capacitado para enfrentarse al mundo. Esto resulta sumamente obvio cada vez que la persona está asustada, fatigada o enferma, y se siente aliviada en el consuelo y los cuidados. En otros momentos, la conducta es menos manifiesta” (Bowlby, 1983, p. 40).

    El artículo La naturaleza del vínculo de los niños con su madre (1958) es la primera publicación de Bowlby sobre su Teoría del Apego. También es determinante lo publicado por Harry Harlow en su artículo La naturaleza del Amor (1958). Los experimentos de Harlow sobre los monos Rheus han dado al Attachment un argumento ideal para, desde la etología, poder argumentar las principales tesis conceptuales.

    Las relaciones vinculares en las primeras etapas del desarrollo evolutivo del bebé, es la base desde la que se construye la teoría del apego. Posterior a estos primeros estudios, y en la actualidad, se investiga el apego en la edad adulta, (Garrido, Guzmán, Santelices, Vitriol, y Baeza, 2015; Román, Hodges, Palacios, Moreno y Hillman, 2018). El Attachment estructura su teoría desde un ángulo que centra su importancia en la necesidad afectiva, y no tanto en la alimentaria o pulsión libidinal. Otro ángulo, o perspectiva teórica, parte de la dependencia del bebé de los cuidados del adulto. Si el bebé no los desarrolla con normalidad, estos cuidados, podría tener como consecuencias conductas que le impidan una normal adaptación del sujeto al medio ambiente. 1

    Por último, siguiendo la idea de seguridad de Wright (1996), se considera la búsqueda de protección, seguridad y afecto como ejes de la conducta del bebé con respecto a la figura de apego. Todo lo anterior, hace suponer, que los bebés y los adultos, disponen de conductas de apego que sabrán utilizar en momentos de peligro o estrés. De ello, también parte, la idea de Bowlby de que los seres humanos disponen de una amalgama de respuestas adaptativas que provenían del interior del sujeto -aspectos relacionados con el organismos- y respuestas hacía el exterior -es decir, el medio ambiente-. El apego se desarrollaría en confluencia con las características propias del organismo y su interacción con el medio ambiente. El niño puede empezar a desarrollar un conocimiento del mundo que le rodea, de las personas adultas que le cuidan y de sus propias capacidades psíquicas que le permitan adaptarse correctamente. De todo esto, Bowlby, hace suyo la concepción de “modelo interno en las relaciones sociales”, del filósofo Kenneth Craik, (citado por Rodríguez, 2014). Los niños adquieren patrones, mediante abstracciones que les ayudan a adaptarse al medio ambiente, que le servirán de brújula en la interacción social y familiar con otras personas. A lo anterior, se añade las variaciones constantes, ya que Bowlby, a diferencia de las concepciones ortodoxas del psicoanálisis, no consideraba que el desarrollo psíquico del ser humano estaba determinado por los traumas de la infancia. Para él, este desarrollo no se producía de forma lineal y no tendría que producirse una continua regresión, como sí exponen los postulados psicoanalíticos.

    Bowlby (1986) destaca a autores como; Winnicott, haciendo referencia a sus estudios sobre la ambivalencia, y como el sujeto tendía a su propia regulación, que se desarrollaba en sus primeros años de vida. Conceptos como el de madre ambiente, el de espacio potencial y objeto transicional serán fundamentales para comprender la importancia de este autor en las Teorías del Apego.

    Destaca a Melanie Klein como precursora, en el ámbito del psicoanálisis inglés, de conceptos novedosos sobre el funcionamiento psíquico en los primeros años del desarrollo humano. Todo estas perspectivas vuelven a colocar la inquietud de Bowlby sobre la capacidad psíquica de estabilizarse, que el propio Freud llamaría equilibrio homeostático (Klein, 2007). Este concepto, que interesó a Bowlby para sus estudios, fue enfocado desde la concepción de postulados de la cibernética, de Norbert Wienner entre 1930 y 1940. El cambio psicofisiológico, al que estaba expuesto el niño, cuando sucedían situaciones de estrés o peligro, eran motivo de interés y estudio por parte de los postulados de la teoría del apego (citado en Rodríguez, 2014).

    La permanencia de los objetos, descrita por Piaget (1936), sirvió a Bowlby para estudiar la conducta del niño, en los primeros meses de vida. Desde esta teoría cognitiva y la noción de externalización, que permitía desarrollar la capacidad de diferenciar, al recién nacido, los objetos que externamente se les presentaba. Lo anterior hacía suponer, para las tesis de la Teoría del Apego, que los bebés podían identificar a la figura de apego y mantener una interacción activa con ella. Eran sensibles, según lo expuesto hasta ahora, a la presencia o ausencia de dicha figura de apego2.

    El desarrollo de estas líneas de pensamiento e investigaciones llevaron, desde una perspectiva más instintiva o pulsional, -conceptos definidos por Freud como; instinkt y Trieb, (Bowlby, 1969)-, hacia una definición, más novedosa, de la relación vincular a través de las interacciones entre la madre y el bebé. Se produce un momento de discusión enriquecedora con las investigaciones de Lorenz (1956) y el concepto de impronta o imprinting. Esto convencería a Bowlby de la relevancia de relacionar la etología con sus tesis sobre el Attachment y el cuerpo teórico del psicoanálisis. Siendo el imprinting, parte esencial, en el origen de la Attachment.

    Otro momento enriquecedor para el Attachment, es la conceptualización del deseo, y no tanto del instinto, en la relación vincular entre el bebé y su madre. Ésta, también, sería una de las principales diferencias conceptuales entre Freud y Bowlby. El segundo, sitúa el apego como una vinculación instintiva e innata, que no está supeditada a otras como la alimentación. Equiparándolo a un impulso primario, (Pinedo y Santelices, 2006). Aquí encontramos una diferencia con Freud, ya que éste situaba el apego como una pulsión secundaria, orquestada por pulsiones primarias. Todas ellas serían desencadenadas por la intervención del “Ello”.

    El investigador Rene Spitz (1946; 1965), realizó en los EE. UU., unas investigaciones con niños hospitalizados. A estos niños se les daba una décima parte de la asistencia por parte de las enfermeras encargadas de su cuidado, ya que cada una de ellas tenían a su cargo a diez niños hospitalizados. Spitz sacó conclusiones relacionadas con el estrés y la depresión. Los infantes sufrían privaciones, de los cuidados maternos que serían necesarios para un desarrollo afectivo y del apego, normales. Los niños al no poder mantener una interrelación suficientemente afectiva, con una figura materna, empezaron a desarrollar un déficit del desarrollo evolutivo muy graves, en comparación con su grupo normativo. Los niños experimentaban diferentes niveles de deterioro psicológico dependiendo de la edad en la que se encontraban hospitalizados. La atención que reciben los bebés y recién nacidos, en los primeros meses de vida, determinarán el tipo de patrón de conducta que desarrollará el sujeto en relación con las personas con las que interactúa. Siendo el cuidado afectivo y amoroso un indicador de salud mental en estos infantes. Por lo tanto, estos experimentos le sirvieron como base, a tener en cuenta, para el desarrollo de la Teoría del Apego de Bowlby. En la actualidad se encuentran casos en los que se puede comprobar los efectos de este tipo de privación en los niños, como es el caso que explica la investigadora Somolen (2016), siguen siendo perjudiciales para el desarrollo adecuado del apego en los niños.

    Sería Harry Harlow (1962) y sus experimentos con monos de la especie Rhesus, quien impulsara, de nuevo, las tesis de Bowlby. Las crías de mono podían elegir entre dos tipos de compañía; una mamá mona artificial, hecha de madera y alambre. A ésta si le proveía de alimento. La segunda opción, sería otra mamá mona artificial, pero esta vez hecha de alambres y trapos. Aunque, en esta ocasión a la cría de mono Rhesus, no le proveía de alimentos. Las crías eligieron la segunda opción, por resultarles más parecida a su verdadera mamá Rhesus. En el experimento, se realizaba una situación de peligro en el que las crías acudían a la mamá de alambre y trapo, que no alimentaba, pero que le trasmitía más protección y seguridad afectiva. Es decir, creaba un mayor apego. Esto reforzó la idea de Bowlby de que la relación de seguridad y confort podrían proporcionar al bebé una situación segura, que en situaciones peligrosas, primaría sobre la situación alimentaria3.

    Surge un interés sobre la intersubjetividad de otros mamíferos, con respecto a este tipo de elección de apego. Según indica Juri (2011), el interés de Bowlby nunca fue genuínamente conductista, ni etológico. Pero sí pretendía aprovechar este tipo de descubrimientos a favor de sus tesis sobre el Attachment. Con todas estas aproximaciones a otras disciplinas y marcos teóricos diferentes al psicoanalítico, se abrió una situación propicia para la crítica. Fundamentalmente por parte de sus colegas psicoanalistas, sobre el giro conceptual, que Bowlby estaba dando, con la utilización de un modelo observacional prospectivo, a diferencia del clásico modelo retrospectivo utilizado en psicoanálisis, para sus investigaciones, (Juri, 2011).

    El núcleo duro del Attachment, en palabras de Rodríguez (2014), sería la concepción de que los seres humanos, desde su nacimiento, tiene una necesidad innata de mantener una relación vincular. Al menos con una persona. El objetivo de ésta relación es conseguir una normalidad en el desarrollo social y emocional. Todo ello instaura una conducta segura, que el sujeto reproducirá en otras etapas de su vida. Tras lo expuesto en este párrafo, podemos concluir que los modelos o patrones internos de apego, que guían las percepción del individuo, las emociones y pensamientos están condicionados por la reacción de la figura de apego en el desarrollo de la interacción vincular. La circunstancias que hacen que el niño experimente situaciones angustiosas y estresantes son fundamentalmente las de; privación y separación de la figura de apego. El sujeto, por lo tanto, realiza una respuesta conductual adaptativa, o no adaptativa, dependiendo del tipo de relación afectiva que éste ha tenido con su figura de apego. Antropológicamente, podríamos estar hablando de una capacidad del niño de adquirir recursos que le permitan, con la ayuda del adulto con el que mantiene el apego, su supervivencia, según Prior y Glaser, 2006, (citado en Rodríguez, 2014).

    La Teoría del Apego se publicó y se hizo conocer en 1969 con una obra que se dividía en tres volúmenes; a) Apego y Pérdida (Bowlby, 1969), b) Separación: ansiedad y rabia (Bowlby, 1972) y c) Pérdida: tristeza y depresión (Bowlby, 1980). Aunque la idea empezó a gestarse en 1956, en la que todavía Bowlby tenía dudas sobre hacía donde le llevarían sus investigaciones (Bowlby, 2016, p. 19). Como indica el autor, en ese momento sus estudios estaban muy restringidos y se basaban en la observación sobre la forma de respuesta que los niños pequeños mostraban ante la separación de la madre. Estas observaciones fueron realizadas, conjuntamente, con su colaborador James Robertson. El resultado de estas observaciones llevaron a otros caminos de reflexión teórica. En este punto Bowlby (2016) dice textualmente;

    “el terreno que tan alegremente me disponía a cultivar era el mismo que Freud había comenzado a labrar sesenta años antes y que contenía los mismos peñascos y los mismos espinosos obstáculos que él había encontrado y se había esforzado por superar: amor y odio, ansiedad y defesna, apego y pérdida.” (p.19).

    A partir de estas primeras hipótesis de sus investigaciones, empezaron a surgir preguntas de vital importancia para la Teoría del Apego, como fueron las de;

    ¿de qué manera los acontecimientos implícitos en la denominación genérica de <<privación materna>> producen tal o cual tipo de trastorno psiquiátrico?, ¿qué procesos intervienen?, ¿Por qué tienen que ocurrir las cosas de ese modo?, ¿cuáles son las otras variables que influyen sobre los resultados y en qué consiste esa influencia?” (Bowlby, 2016, p. 20).

    Según el autor, cuando la madre se separaba del niño esta pérdida para el infante suponía una variable fundamental para la investigación (Bowlby, 2016, p. 21). El niño, que en esos primeros momentos del estudio tenía una edad superior a seis meses, mostraba reacciones de rabia, fuertes sentimientos de pérdida de la madre. Estos daban como resultado, tras el reencuentro entre ambos, de reacciones también diversas. Los estudios publicados por Heinicke y Westheimer (1966) sobre las reacciones frente a la separación y reencuentro entre los bebés y sus cuidadores, fueron fundamentales para la teoría de Bowlby. En ese momento se consideró de vital importancia para la psicoterapia estas reacciones del niño y la forma en la que se relacionaba la madre con el mismo (Bowlby, 2016). Para el autor, las anteriores reaccionen formaban parte de la similar reacción que los adultos padecían frente a situaciones de separación, abandono y reencuentro con personas cercanas afectívamente. Las reacciones que se producían, según Bowlby, podrían ser del tipo; excesiva demanda a personas cercanas, ansiedad y rabia cuando estas personas no satisfacían dichas demandas. Es decir, procesos defensivos, (Bowlby, 2016, p. 22).

    En el volumen I, trata de la problemática que fue abordada por Bowlby en una serie de artículos publicados en 1958, llamados “The nature of the child´s tie to his mother”. El propósito, por lo tanto, de este primer volumen fue explicar y consolidar las posiciones teóricas frente a conceptos fundamentales como el instinto y la forma correcta en las que se naturalizan ciertas conductas por parte de los individuos. Se comparan con las teorías de Freud sobre su concepción del instinto. Además de aclarar otro tipo de conceptos que Bowlby consideraba confusos. En el volumen II y III, que tratan sobre La Separación y La Pérdida, que fueron tratados previamente en artículos científicos publicados a primeros de los años 60 del siglo XX. Bowlby, admite que “mi marco de referencia ha sido el del psicoanálisis” (Bowlby, 2016, p. 24). Las razones que argumenta para elegir este enfoque teórico, son; a) sus primeras reflexiones teóricas, como la de otros tantos investigadores, fueron concebidas desde el psicoanálisis, b) admitiendo las limitaciones del marco teórico elegido, para Bowlby (2016), en ese momento, es considerada esta teoría como la de más utilidad, actualidad y práctica en la psicoterapia, c) y la razón más importante para Bowlby, los conceptos de; relaciones objetales, ansiedad por separación, duelo, defensa, trauma, períodos sensibles en las primeras etapas vitales no son tratadas por otras grandes escuelas teóricas que estudian la conducta (Bowlbly, 2016, p. 24).

    Una aportación fundamental, para comprender el avance teórico del Attachment, es la realizada por Mary Ainsworth, colega de Bowlby y continuadora de sus investigaciones, la que aportará toda una conceptualización sobre los estilos de apego. El instrumento utilizado en sus investigaciones será, principalmente; la Situación Extraña. Que se expondrá el siguiente apartado.

    En el desarrollo de lo anteriormente expuesto, hemos utilizado la figura de madre, figura de apego, adulto o cuidador. La variabilidad, en el uso del término no es arbitraria. Ya que, como hemos ido concluyendo en las tesis expuesta por la Teoría de Apego, la figura de apego puede ser todo aquel adulto que consiga generar patrones internos de respuesta segura en el niño. En nuestras culturas occidentales, la figura tradicional de cuidados y atenciones a los bebés ha sido la madre. Según Rodríguez (2014), éste vínculo, en los primeros momentos de vida;

    “pueden ser tomado por cualquier persona que se comporte comparativamente de una manera maternal […] nada en la teoría sugiere que el padre, u otros, no sean igualmente susceptibles de convertirse en ls principales figuras de apego, basta que provean la mayor parte del cuidado y de la interacción social al niño.” (p. VIII).

    Algunos bebés, también pueden desarrollar, la preferencia por varias figuras de apego. A la vez que irán alternando, o haciendo una discriminación, por otras figuras de apego a lo largo de su desarrollo vital.

    Notas. 

    1 Ver Forti, L. (2017). Trastornos de la personalidad: Screening de riesgo para una intervención temprana. Revista de Psicopatología y Salud Mental del Niño y del AdolescenteVol. (30) Nov,  (pp. 69-84).
    2Ver Leónhardt, M. (2001). Primeros sentimientos y emociones que experimentan los padres de niños ciegos y/o baja visión. Desenvolupament infantil i atenció precoç, Vol. (17-18) Dic, (pp. 101-113). (Notas del autor: estos estudios realizados con padres de niños con déficit visual, ayudan a comprender la importancia de la búsqueda del vínculo del bebé, pese a sus dificultades visuales. Además de la necesidad de conocer este tipo de circunstancias especiales por parte de los profesionales de la salud.)
    3Ver Harlow, H. F.(1973). El amor en los pequeñuelos del mono. Cuadernos de Psicología (Madrid), Vol. Feb, (pp. 27-47).


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