Según estudios científicos sobre la interacción entre el perro-humano, "Se concluye que quienes consideran
al perro un miembro de la familia y realizan más actividades
con él tienen más beneficios en su salud física y mental, y
en el nivel de estrés percibido", (González y Cia., 2011).
Conocer el temperamento del perro permitirá adecuar el mismo al tipo de propósito que deseamos que cumpla en una terapia u otra. "Los rasgos mayormente evaluados son: temerosidad, agresividad, disposición al entrenamiento y sociabilidad" (Jakovcevic y Bentosela, 2009).
¿Os imagináis llevar a los pequeños y pequeñas a la escuela infantil en compañía de un perro?, pues bien, existen algunos estudios científicos que concluyen que "cuando se establece empatía con los niños, el perro es un motivador innato con la capacidad de inspirar seguridad, estimular al contacto físico, proveer manifestaciones no verbales de alegría cumpliendo la función de bienestar. El proceso de adaptación para los participantes, tuvo un cambio progresivo positivo por las actitudes personales de cada uno de los niños, en el incremento de su autoestima, independencia y seguridad personal; al trabajo en las habilidades emocionales que fortalecieron las relaciones interpersonales entre el grupo de iguales, y al juego con el perro cambió sus percepciones frente al sitio de estudio"(Machuca y Forero, 2004).
La soledad, en la actualidad, empieza a ser motivo de preocupación de muchas personas, en especial de las personas mayores. Existen estudios en los que se demuestra que el perro tiene un efecto positivo en este tipo de personas expuestas, contra su voluntad, a la soledad "se producen efectos benéficos significativos del mismo en las áreas estudiadas: apoyo social, soledad, depresión, funcionamiento mental y actividad diaria. Se comprueba que el animal de compañía tiene cierta capacidad sustitutoria del apoyo social en situaciones de soledad y aislamiento"(Lara y Gómez,2000).
Casos conmovedores como el de una niña con sida que experimentó una mejoría con el contacto con el perro (Daniel, 1999). Queda mucho por investigar en la relación entre los perros y los seres humanos, desde una perspectiva terapéutica. Parece que los que tienen una experiencia de convivir con un animal, en especial un perro o un gato, suelen reconocer en su mascota una fuente de cariño, alegría y fidelidad.
Referencias bibliográficas.
Daniel Llach, Montserrat (1999). El perro como agente de salud en una niña enferma de SIDA en un estadio avanzado. Trabajo presentado en Congreso Internacional Animales de compañía, fuente de salud (4º. 1998. [Madrid, España]) (Fundación Purina).
González Ramírez, Mónica Teresa y Landero Hernández René (2011). Diferencias en estrés percibido, salud mental y física de acuerdo al tipo de relación humano-perro.Revista Colombiana de Psicología edición electrónica , Vol. 20 (1), 75-86. Recuperado de: http://www.revistas.unal.edu.co/index.php/psicologia/article/viewFile/16336/23774
Jakovcevic, Adriana y Bentosela, Mariana (2009). Diferencias individuales en los perros domésticos (Canis familiaris): revisión de las evaluaciones conductuales.Interdisciplinaria , Vol. 26 (1), 49-76. Recuperado de: http://www.scielo.org.ar/pdf/interd/v26n1/v26n1a03.pdf
Lara Sánchez, Francisco y Gómez Jacinto, Luis (2000). Influencia de los animales de compañía en la calidad de vida de las personas mayores con apoyo social deficitario. En I Congreso Estatal de Personas Mayores (pp. 843-850). Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
Machuca, Ileana y Forero, Francisco (2004). Educando con la naturaleza. Investigación sobre procesos de adaptación escolar en niños preescolares utilizando Terapia Asistida con Animales de Compañía (TAAC). Psicologia com Revista Electrónica de Psicología , Vol. 8 (1) Ene, 1-3. Recuperado de: http://www.psiquiatria.com/psicologia/revista/117/15450/part2?++interactivo
Conocer el temperamento del perro permitirá adecuar el mismo al tipo de propósito que deseamos que cumpla en una terapia u otra. "Los rasgos mayormente evaluados son: temerosidad, agresividad, disposición al entrenamiento y sociabilidad" (Jakovcevic y Bentosela, 2009).
¿Os imagináis llevar a los pequeños y pequeñas a la escuela infantil en compañía de un perro?, pues bien, existen algunos estudios científicos que concluyen que "cuando se establece empatía con los niños, el perro es un motivador innato con la capacidad de inspirar seguridad, estimular al contacto físico, proveer manifestaciones no verbales de alegría cumpliendo la función de bienestar. El proceso de adaptación para los participantes, tuvo un cambio progresivo positivo por las actitudes personales de cada uno de los niños, en el incremento de su autoestima, independencia y seguridad personal; al trabajo en las habilidades emocionales que fortalecieron las relaciones interpersonales entre el grupo de iguales, y al juego con el perro cambió sus percepciones frente al sitio de estudio"(Machuca y Forero, 2004).
La soledad, en la actualidad, empieza a ser motivo de preocupación de muchas personas, en especial de las personas mayores. Existen estudios en los que se demuestra que el perro tiene un efecto positivo en este tipo de personas expuestas, contra su voluntad, a la soledad "se producen efectos benéficos significativos del mismo en las áreas estudiadas: apoyo social, soledad, depresión, funcionamiento mental y actividad diaria. Se comprueba que el animal de compañía tiene cierta capacidad sustitutoria del apoyo social en situaciones de soledad y aislamiento"(Lara y Gómez,2000).
Casos conmovedores como el de una niña con sida que experimentó una mejoría con el contacto con el perro (Daniel, 1999). Queda mucho por investigar en la relación entre los perros y los seres humanos, desde una perspectiva terapéutica. Parece que los que tienen una experiencia de convivir con un animal, en especial un perro o un gato, suelen reconocer en su mascota una fuente de cariño, alegría y fidelidad.
Argos y Ulises
Ulises, después de vagar por más de dos décadas por el Mediterráneo, llega, irreconocible, a anhelada Ítaca. Arrapiento, con barbas y melenas descuidadas por las calamidades vividas en sus aventuras homéricas. Nadie lo reconoció, sólo Argos, su fiel y cariñoso perro.
Quizás éste pueda ayudarnos a reconocer la forma de sanar ciertos males del ser humano.
Quizás éste pueda ayudarnos a reconocer la forma de sanar ciertos males del ser humano.
Un saludo.
Daniel Llach, Montserrat (1999). El perro como agente de salud en una niña enferma de SIDA en un estadio avanzado. Trabajo presentado en Congreso Internacional Animales de compañía, fuente de salud (4º. 1998. [Madrid, España]) (Fundación Purina).
González Ramírez, Mónica Teresa y Landero Hernández René (2011). Diferencias en estrés percibido, salud mental y física de acuerdo al tipo de relación humano-perro.Revista Colombiana de Psicología edición electrónica , Vol. 20 (1), 75-86. Recuperado de: http://www.revistas.unal.edu.co/index.php/psicologia/article/viewFile/16336/23774
Jakovcevic, Adriana y Bentosela, Mariana (2009). Diferencias individuales en los perros domésticos (Canis familiaris): revisión de las evaluaciones conductuales.Interdisciplinaria , Vol. 26 (1), 49-76. Recuperado de: http://www.scielo.org.ar/pdf/interd/v26n1/v26n1a03.pdf
Lara Sánchez, Francisco y Gómez Jacinto, Luis (2000). Influencia de los animales de compañía en la calidad de vida de las personas mayores con apoyo social deficitario. En I Congreso Estatal de Personas Mayores (pp. 843-850). Madrid: Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales.
Machuca, Ileana y Forero, Francisco (2004). Educando con la naturaleza. Investigación sobre procesos de adaptación escolar en niños preescolares utilizando Terapia Asistida con Animales de Compañía (TAAC). Psicologia com Revista Electrónica de Psicología , Vol. 8 (1) Ene, 1-3. Recuperado de: http://www.psiquiatria.com/psicologia/revista/117/15450/part2?++interactivo
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