Corren malos tiempos para la lírica, y para las familias, también. Un mundo que globaliza nuestra atención, nuestras relaciones y nuestras vidas, no puede dejar de globalizar también la vida dentro y fuera del hogar.
Debemos tener en cuenta, que el tipo de familia como lo habíamos conocido durante muchísimos años, siglos, ha dejado de ser la única forma de familia existente.
Podríamos decir que una persona puede tener varios tipos de familias a lo largo de su vida. Por ejemplo; nacer en una familia nuclear o tradicional, crear por él o ella mismo/a una familia homoparental, terminar siendo una familia monoparental después de una ruptura, volver a ser una familia reconstituida (con otra persona que lleva consigo otra historia, similar normalmente). Hacer de esa nueva creación de múltiples familias, una familia extensa. En la que van ocurriendo diversas situaciones y realidades, que irán adquiriendo cierta complejidad, aún más, a medida que el ciclo vital avanza.
Debemos tener en cuenta, que el tipo de familia como lo habíamos conocido durante muchísimos años, siglos, ha dejado de ser la única forma de familia existente.
Podríamos decir que una persona puede tener varios tipos de familias a lo largo de su vida. Por ejemplo; nacer en una familia nuclear o tradicional, crear por él o ella mismo/a una familia homoparental, terminar siendo una familia monoparental después de una ruptura, volver a ser una familia reconstituida (con otra persona que lleva consigo otra historia, similar normalmente). Hacer de esa nueva creación de múltiples familias, una familia extensa. En la que van ocurriendo diversas situaciones y realidades, que irán adquiriendo cierta complejidad, aún más, a medida que el ciclo vital avanza.
Esto mismo, las relaciones, situaciones y realidades complejas que ocurren dentro de la familia, forzaría a la familia a tener que afrontar problemas. Pero en realidad, estas familias serían, hasta este momento en el que tienen problemas complejos, una maravillosa familia. ¿Cuándo empezarían a no ser un sistema sano?, justo en el momento en el que no supieran cómo resolver sus problemas.
Podemos concluir, con lo anteriormente dicho, que las familias -como las personas y otros grupos-, disponen de una funcionalidad sana, aunque tengan problemas. Será su capacidad de resolverlos, lo que les haga un grupo sano.
Debemos cuidarnos, ese principio sería el más característico de la institución familiar. Cuidarnos pasa por preocuparnos por el otro, conocerlo, entender cómo puedo responder a sus necesidades. Digo necesidades, porque a veces podemos necesitar ayuda muy práctica. Por ejemplo que nos ayuden o nos cuiden cuando estamos enfermos. Otras veces necesitamos que nos aconsejen. Es posible que necesitemos una persona sensible que sepa escuchar, escuchar y acompañar (Sí, sí, he repetido dos veces escuchar, no ha sido casualidad, ni un error ;). Sin juzgar. Pero otras veces necesitaremos que alguien tome la iniciativa por nosotros. Algunas veces, incluso, desearemos que nos dejen en paz. Tranquilos/as. Pero que sepamos que están ahí, con una cariñosa disponibilidad.
En fin, se trata por lo tanto de cuidarnos y tenernos. Probablemente sea ésta, la única y más necesaria función de la familia.
En fin, se trata por lo tanto de cuidarnos y tenernos. Probablemente sea ésta, la única y más necesaria función de la familia.
Si no sabemos, o no podemos, resolver nuestras necesidades familiares e individuales. Si los problemas no terminan de solucionarse, ni atenderse por la propia familia. Acudir a un profesional que nos ayude, merece la pena. ¿Existe algo en la vida que tenga más valor que tu familia?
Un saludo.
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